martes, 15 de septiembre de 2009

el puente del diablo

01 diciembre
el puente del diablo
Buenavista, Mich. Pasando el centro del pequeño poblado, cabecera municipal, está la carretera que conduce a Peribán y por donde también se puede llegar a Uruapan.

El clima es cálido y no hay necesidad de encender el aire acondicionado del automóvil, al salir del poblado la fluidez de los autos empieza a disminuir hasta que te encuentras totalmente sólo. Algunos animales atraviesan la carretera y te dan la sensación de compañía, el polvoroso terreno te causa cierto sabor en la boca que te hace sorber un trago de agua para quitar la sensación.

Como no hay ningún señalamiento, te ves obligado a orillarte y preguntar direcciones más exactas. La humilde tiendita apenas expende algunos de refrescos y frituras que parecen tener más tiempo del señalado como saludable en la fecha de caducidad.

Uno de los presentes interviene y dice “yo voy para allá si quieren espérenme y yo los llevo, me siguen…voy de paso por ese lugar” a continuación da una fumada a su cigarro y una bocanada pestilente exhala de su boca.

Sube a su camioneta tipo pick up y nos hace una seña para que sigamos la marcha detrás de él…unos momentos más tarde se orilla en una brecha y agrega “tienen que seguir por este camino todo derecho y ahí lo van a encontrar…no se vayan a perder”. Esboza una sonrisa en los labios y se despide agitando la mano a través del retrovisor.

Entramos en la brecha y el silencio permanece en el lugar, se siente una tranquilidad diferente…como cuando sufres esperando el resultado de un examen en el que las posibilidades de lograr el mínimo son escasas.

Impacientes, avanzamos por el camino con el sol a cuestas y es necesario aclimatar la cabina que empieza a calentarse…en seguida, llegamos a una intersección donde tenemos que decidir el camino a tomar, escogemos el izquierdo sólo el instinto nos guía.

Recorremos unos minutos más la brecha y llegamos a un punto donde no podemos avanzar con el auto, por lo que descendemos y empezamos a caminar; sin saber que encontraremos, nos topamos con un grupo de vacas que nos mira extrañadas y sus ojos siguen todos los movimientos que realizamos.

Agachamos la cabeza, por la imposición que nos generan los cuernos de ese grupo y continuamos discretos, tratando de no llamar la atención…de repente, vemos ante nuestros ojos un paisaje totalmente diferente y que no piensas encontrar jamás en este lado tan despoblado y que luce infértil.

Ante nuestros ojos se descubre un cielo más azul de lo que podemos concebir y el agua que clarea en el pequeño río nos invita a entrar mediante un ligero susurro...al ir caminando decenas de mariposas que están en el lugar vuelan por nuestra presencia y después se vuelven a acomodar entre las piedras volcánicas del lugar.

El puente no puede ocultar la edad que es señalada por cada una de sus grietas, por ahí pasaba la gente cuando no había carreteras y tenían que atravesar el monte, el llamado “Puente del Diablo” es parte ya del espectáculo natural.

Aunque actualmente lo utilizan para realizar piruetas tipo La Quebrada en el vecino estado de Guerrero, adquirió su nombre porque dicen que en la noche cuando sólo la luz de luna ilumina este paraje, puede verse paseando en el lugar al mítico y antagónico personaje de las tinieblas.

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