martes, 15 de septiembre de 2009

el dia que el gobierno alterno nos alcanzó

Diez de la mañana y el sol empieza a calentar el ambiente, sobre las banquetas polvosas transita la mayoría de la gente con calma; algunos lo hacen rápidamente porque tiene que llegar a abrir sus negocios o porque la patrona seguramente estará echando chispas por la hora.

Sobre la plaza de los constituyentes un grupo de hombres vestidos con emblemas trabaja con pasión, pero discretos ante las miradas que los extrañan porque su aspecto es totalmente diferente a los habitantes de tierra caliente.

Instalan una carpa de conocida marca de refrescos, de un automóvil de reciente modelo sacan una serie de equipos de computo y las resguardan debajo del improvisado refugio. A unos momentos de haber llegado, la oficina esta lista y sólo falta colocar unas mantas que anuncian el motivo de la convocatoria.

Unos instantes después, de otro vehículo desciende una mujer armada con un sombrero amplio y un micrófono. Se trata de la oradora que durante más de sesenta minutos, invitará a los presentes y los distraídos que vayan pasando por ahí a que se acerquen porque el gobierno legítimo credencializará a todos los interesados.

Los “viejecitos” conocidos como los de la banca (los hombres más importantes de la ciudad), son los primeros en acudir al llamado, urgidos demandan saber cuáles son los requisitos para adquirir la credencial de identificación de AMLO.

No han pasado ni 15 minutos cuando la fila ya está integrada por al menos 20 personas, que bajo el rayo del sol esperan pacientes a que avance la fila. Hombres y mujeres aprovechan el reflejo de los lentes del vecino para averiguar si su peinado o bigote está en condiciones para ser fotografiado por un aparatito que a más de uno le causa sorpresa.

Entre las personas que esperan, se pueden distinguir algunos funcionarios o candidatos a serlo que ante la presencia de los medios de comunicación se hacen los disimulados, porque “militan” en un partido diferente al del Sol Azteca.

Al llegar al final de la línea, te sientan en una silla blanca de plástico y te piden que te quites el sobrero o los lentes…esperas un instante, mientras obtienen tus datos en la computadora y después ya tienes la credencial que te identifica como representante y que te permitirá identificarte, tal como lo marca su slogan.

En la mesa de registro, se puede ver un libro titulado “La mafia nos robó la Presidencia” y cuyo autor es mejor conocido como “El Peje”…algunos curiosos preguntan el precio, pero resulta que no está en venta porque son pocos los ejemplares que restan.

Una hora más tarde, los operadores nuevamente desmantelan el lugar y están listos para trasladarse a otro municipio…silencio…los transeúntes pasan con normalidad.

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